Otro escalón es el entorno político. En su mano está adoptar soluciones a problemas concretos y evitar discriminaciones. Estas Navidades conocimos uno de los múltiples casos que se producen a diario en el transporte aéreo. Javier García, el primer joven español sordociego con una beca Erasmus, denunció a Ryanair por discriminarle a causa de su discapacidad. La compañía siempre alegó que cumplía la legalidad. El viajero optó finalmente por volar con otra compañía.

 

¿Por qué unas compañías permiten volar a una persona con discapacidad sin acompañante y otras no lo permiten? ¿Por qué unas destrozan las sillas de quienes viajan en el avión y otras tienen más cuidado? ¿No es el mismo reglamento para todas? ¿Dónde radica la diferencia? ¿Es una cuestión de responsabilidad? ¿Sólo importa hacer caja y da igual quién viaje y en qué condiciones? ¿Quién tiene que poner orden a todo esto?

 

La normativa de los vuelos es muy compleja y afecta a todos los países del mundo, por igual. Pero las diferencias son abismales entre unas compañías y otras. Podrían hacer un ránking de las más responsables, igual que se hacen con otros baremos, como la puntualidad, porque hay un público objetivo para estas empresas: un diez por ciento de la población son personas con discapacidad, muchos millones de personas tienen también derecho a volar. Una sociedad responsable y diversa es una sociedad más rica e integradora.

 

Ahora parece que Europa quiere dar un paso más. El director general de Movilidad y Transporte de la Comisión Europea, Henrik Hololei, se ha comprometido a elaborar "un código de buenas prácticas para el transporte de personas con discapacidad y movilidad reducida" para que no vuelvan a suceder casos de discriminación a personas con discapacidad, como el que denunció Javier García.

 

En la carta enviada por Hololei a la Secretaría de Servicios Sociales e Igualdad del Gobierno español también explica que "se realizará una recopilación de buenas prácticas en lo concerniente al transporte de las personas con discapacidad o movilidad reducida en todos los modos de transporte y, a finales de 2017, tenemos previsto presentar una recomendación basada en las mejores prácticas existentes en este ámbito de modo que los Estados miembros y los operadores de transporte puedan compartir ejemplos aleccionadores".

 

El director general de Movilidad y Transporte de la Comisión Europea reconoce en la carta que "las personas con discapacidad tienen el mismo derecho a utilizar el transporte aéreo que los demás pasajeros, también de manera autónoma y no se les puede denegar el transporte".

 

Parece que, por fin, se van a tomar en serio esta situación porque la única manera de fomentar la igualdad es modificar la normativa. Habrá que seguir con detenimiento este proceso porque las personas siguen desplazándose de una ciudad a otra mientras los derechos vuelan de manera paralela hacia otros destinos.